Jorge Román: “La ciencia ficción me fascina porque nos transporta a mundos y conflictos posibles”
En esta oportunidad conversamos con Jorge Román,
escritor nacional, quién desde hace tiempo se ha desempeñado en las letras.
Amablemente nos contó sobre cómo se le ocurrió la novela “Afrodita no pinta al
Amanecer”, un libro lleno de amor y ciencia ficción. Con ustedes, Jorge
Román.
1.
Cuéntanos sobre ti
Uf, creo que lo que más habla
de mí es que me cuesta hablar de mí misme y detesto empezar con mis
profesiones, como suele hacer la mayor parte de la gente. Creo que las
características que más me definen en este momento de mi vida son mi ñoñería
(amo las ciencias, en particular la astronomía, el cine, los cómics, los juegos
de rol, los videojuegos, las novelas de fantasía y ciencia ficción), hace poco
salí del clóset como persona no binaria (y me da miedo hacer explícito mí no
binarismo porque tengo mucho miedo al rechazo y la violencia). He trabajado
como periodista, editor, profesor de lenguaje, contestador de cartas
presidenciales y divulgador de ciencias. También soy papá hace un par de años y
me encanta la responsabilidad de criar a nuestro hijo (aunque eso ha sido
tremendamente agotador también).
2.
¿Cómo se te ocurrió esta
novela?
Fue un proceso gradual. Hace
varios años escribí un cuento que, en estructura, es el primer capítulo de la
novela. Pero no me gustó cómo terminaba, así que pensé en continuarlo. Y
tampoco me gustó la continuación, así que lo dejé macerando algunos años más. Y
un día, allá por 2014, cuando tuve que tomarme una licencia por estrés (porque
estaba con ataques de pánico y principio de depresión por maltrato laboral), se
me ocurrió que una buena forma de recuperar mi salud mental sería tomarme en
serio el cuento y convertirlo en novela.
El cuento empezó como una
historia de amor de un adolescente y una robot que se volvía humana. Pero a
medida que la fui convirtiendo en novela, entraron nuevos personajes,
desarrollé el entorno de la historia y me di cuenta de que esa no era la
historia que quería contar. El argumento de la novela se fue mezclando con un
trabajo que hice en ese entonces (escribir la biografía de un académico que
descendía de una importante familia oligarca terrateniente) y esas historias
familiares entraron en la novela. A medida que las relaciones entre los
personajes se complejizaban y estos se desarrollaban, me di cuenta de que
algunas relaciones debían profundizarse y de que no podía ignorar las
injusticias sociales que habría en una sociedad como esa (muy similar a la
nuestra, pero con tintes del Chile pre-reforma agraria).
En resumen, te diría que la
historia fue creciendo de forma orgánica a medida que introducía personajes que
me parecían interesantes y que estos se relacionaban entre sí. Y toda la
investigación que estaba haciendo para un trabajo en nada relacionado con la
novela se mezcló con la historia y la fue guiando hacia su clímax. Esto hizo
también que el protagonismo de la novela le fuese arrebatado a Ulises (que
parecía llevar la acción en los primeros capítulos) por la relación que se
entabla entre su hermana y la ginoide, una relación que me pareció mucho más
interesante de explorar.
3.
¿Cuál fue tu inspiración
para crear esta novela?
Uf, hay muchas. Las más
evidentes son algunes de mis autores de ciencia ficción favorites. Isaac Asimov
y Philip K. Dick son obvios, porque los menciono tangencialmente en la novela
(hay unas leyes Asimov que limitan el actuar de los robots para que no dañen a
les humanes, y hay una gata llamada Philipa, que hace referencia a los animales
tan escasos que hay en la novela de K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas?, la novela en la que se basó Blade Runner). Pero también
hay mucho de Rosa Montero (sobre todo de su trilogía con la replicante y
detective Bruna Husky), de Úrsula K. Le Guin (con su exploración de la
identidad humana y las grietas sociales). En la novela hay mucho también de mi
amor por los bosques australes (en particular por los bosques de pehuenes como
los de Conguillío o Nahuelbuta) y harto de mi pesimismo por las desigualdades
casi feudales de Chile.
4.
Ciencia ficción es un
género interesante, ¿por qué abordaste este libro en esta temática?
La ciencia ficción me fascina
porque nos transporta a mundos y conflictos posibles. A cuestionamientos sobre
qué es la humanidad o si esta es la única sociedad posible. A cómo será la
cotidianeidad del mañana y qué tan terrorífica, ideal o ridícula puede ser.
Nuestra especie se adapta muy
rápidamente a los cambios, pero eso es un arma de doble filo: tenemos la
costumbre de creer que las cosas siempre serán como son ahora y nos cuesta
recordar cómo era la cotidianeidad cuando las cosas no eran como hoy. Piensa,
por ejemplo, en los celulares: cuando yo era chico, la única forma de ponerse
de acuerdo para, por ejemplo, ir al cine, era en persona o a través de teléfono
fijo (si tenías el privilegio de tenerlo en casa). Era imposible avisar que
ibas tarde, que habás tenido un accidente o sugerir un cambio de planes de último
minuto. Ni siquiera podías darte el lujo de hablar una hora con tus amistades o
tu pareja, porque la cuenta del teléfono te salía carísima. Y hoy estamos tan
acostumbrades al celular, a los mensajes instantáneos, a las videollamadas, que
nos enojamos o queda la escoba si las redes se desconectan por algunas horas (o
a tu celular se le acaba la batería y no tienes cómo recargarlo).
La ciencia ficción nos
permite adelantarnos a avances tecnológicos que algún día serán cotidianos y
nos permite explorar qué tan raro, distópico o absurdo sería un mundo así. Y
permite explorar todas las implicaciones sociales que traería un cambio
tecnológico importante. En mi novela me pregunto qué pasaría si existiesen
androides y ginoides perfectes, que parecen humanes y hasta pueden programarse
para que actúen como tales. Difícilmente se usarían para la producción o para
tareas domésticas (para eso son mejores y más baratos robots de diseño
sencillo, pero funcionales, como las aspiradoras robot). No: unos androides o
ginoides de gran belleza se convertirían rápidamente en esclaves sexuales, en
receptores de los abusos humanos, ya que podrías descargar en elles toda la
violencia que quisieras (un poco como pasa en Westworld).
Pero, además, estos robots
humanoides también pondrían en peligro el trabajo sexual y la pornografía
humanas (o quizás no) y plantearían dilemas éticos muy interesantes. ¿Puede
considerarse adulterio el tener sexo con un androide o una ginoide? ¿Soy gay,
lesbiana o bisexual por tener sexo con un robot humanoide que aparenta tener mí
mismo género? ¿Puede un robot humanoide ser realmente hombre o mujer? ¿Podríamos
tolerar la tortura de un androide o una ginoide (hay videos de maltrato a
robots que existen hoy y que generan mucho rechazo entre las personas)?
¿Podríamos enamorarnos de esos robots y, si estos reaccionan de formas tan
humanas, podrían amarnos de vuelta? Y ese supuesto amor que muestran, ¿sería
«real»? ¿Podríamos notar la diferencia entre un amor programado y uno que
naciera del aprendizaje del robot? ¿Podría el robot mismo darse cuenta de la
diferencia? ¿Y si nosotres mismes, humanes, en realidad no tenemos libre albedrío,
sino que reaccionamos a una especie de programación biológica y neurológica
derivada de nuestra genética, reacciones químicas y condicionamientos
aprendidos por nuestros traumas y experiencias? Todas esas preguntas me parecen
fascinantes y trato de abordarlas en la novela, con menor o mayor éxito.
1.
Para ti, ¿Qué significó
este género?
Significa poder mirar al
borde del abismo, ahí donde habitan nuestros temores de hacia dónde nos llevan
las decisiones sociales de hoy, hacia dónde nos lleva la tecnología y cómo esta
puede reflejar lo más hermoso y lo más perverso de nuestra naturaleza. La
ciencia ficción es un género que nos obliga a mirar la humanidad de lejos, a
ver lo insignificante que es, lo fácil que sería destruir todo lo que nos hace
humanes o incluso destruir toda nuestra especie (algo que se exploró mucho con
las novelas y cuentos de apocalipsis nuclear de la Guerra Fría o con las
historias sobre el desastre climático que estamos provocando). Es un género que
nos obliga a pensar en el largo plazo, en las consecuencias de lo que estamos
haciendo hoy. Y eso me encanta.
2.
La poesía juega un rol bien
importante, ¿por qué?
Uf, yo creo que porque sabía
que sería un desafío difícil para mí. No entiendo la poesía y eso me frustra mucho.
Hacer que Ulises fuera poeta fue algo que me dificultó mucho la escritura: yo
leo muy poca poesía y la mayoría me cuesta seguirla, mucho más entenderla.
Suelo preferir la poesía «concreta», no sé cómo llamarla de otra forma. La
poesía que cuenta cosas, que es más explícita y no es solo una recolección de
sensaciones, metáforas e imágenes fascinantes, pero sin sentido. Canto
General, de Neruda, por ejemplo, me encanta. Los poemas de amor de
Benedetti me gustaron mucho en un momento de mi vida y entraron a la novela
porque, creo, encajan bien con el personaje de Ulises, al menos el del inicio
de la novela, que es más romántico e ingenuo. Pero me siento incapaz de
escribir o siquiera editar poesía, es un género que todavía me da susto
explorar. Por eso me costó muchísimo escribir el poema final de Ulises, que
debo haber reescrito varias veces y aún no me convence. La primera versión del
poema de Ulises me la leyó una persona que lee libros para editoriales y me lo
destrozó. Creo que me lo merecía.
3.
El amor, ¿qué significa en
“Afrodita no pinta al amanecer?
Depende de a qué personaje le
preguntes eso. Ulises, en un principio, cree que el amor es algo bien
abstracto, que es a primera vista y que se «conquista», por ejemplo, a través
de la gratitud de que te salven (o te hagan libre). Para Luca, el amor es algo
que se cultiva, algo que crece y debe cuidarse: puede haber atracción a primera
vista, pero eso no es amor. Para Luca, el amor, tanto el de pareja como el de
familia, es algo que debe trabajarse: por eso resiente el amor de su hermano y
puede desarrollar un amor profundo por otros personajes de la historia (sin
espoilear). Berríos y Rivera parecen distintes (porque él es más cínico y
Rivera todavía es práctica e idealista), pero ambes creen que el amor va mucho
más allá de las parejas y ven más importante cultivar el amor de tus colegas,
de tus amistades y de tu familia. En ese sentido, se parecen a Luca: ven el
amor como algo que se cultiva, se riega y se cuida, como un árbol. Dione en
cambio... Creo que en la novela no alcanza a entender lo que significa el amor.
Por su programación, se ve en gran parte obligada a relacionar el amor con el
sexo, pero también va aprendiendo que hay más que eso en el amor y empieza a
asimilar que amar significa también pasar malos momentos en conjunto y tratar
de superarlos en conjunto.
Para la familia Vicuña, en
cambio, el amor es un lujo al que ni siquiera elles pueden acceder, porque el
amor interfiere con todas sus obligaciones sociales y la imagen que deben
proyectar al mundo. Cultivar el amor filial o al amor de pareja es algo que
puede destruir su reputación, causar grietas familiares o condenar su herencia
(o todas las anteriores), así que el amor que dan suele ser secreto y siempre
causará daño (y más daño todavía a las personas que tienen una posición social
inferior).
4.
¿Qué buscaste al escribir
este libro?
Yo creo que lo que buscan
todes les escritores: que me lean. Que escuchen lo que tengo que decir. Les
escritores somos personas que creemos que tenemos algo muy importante que decir
al mundo, pero como no nos escucharán si lo decimos de forma expositiva,
creamos una historia entretenida con personajes cautivadores para ver si así
nos prestan atención.
Pero sería mentira decir que
solo buscaba eso. Mi cabeza está creando historias de forma permanente: veo una
pareja discutiendo en la calle y me imagino sus historias. Leo una historia
trágica en el diario y me imagino cómo fue que las cosas llegaron a ese punto.
Veo una persona que odio (un político, una convencional constituyente) y me
imagino cómo su historia social y familiar la fue moldeando para convertirla en
una persona tan detestable. Me imagino escenarios fantásticos o futuristas, y
me imagino las historias que surgen de ahí. Dirijo juegos de rol y me
entretiene pensar todas las historias que rodearán a mis jugadores y la
historia que elles mismes escribirán con sus acciones.
Escribir algunas de las
historias que me imagino es una forma de forzarme a continuarlas, a darles
sentido y darles un final. A convertirlas en historias que vivan fuera de mi
cabeza y puedan cautivar a otras personas. Me gusta que otras personas lean mis
historias y me cuenten qué les hizo evocar, qué sensaciones les dejaron, cómo
se relacionan con su vida o con sus sueños.
5.
¿Dónde podemos encontrar la
novela?
Lo más sencillo ahora es
comprarla directamente a Tríada
Ediciones en su sitio web. Lo bueno de comprarla directamente a la
editorial es que esta recibirá un mayor porcentaje de la venta, lo que ayudará
a que me editen una nueva novela, si puedo terminar una en el futuro próximo,
jajaja. Pero si prefieren librerías, la pueden encontrar también en Buscalibre,
en la librería Espacio
Forestal y en algunas Qué Leo (pero no tengo claro en cuáles).
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