Grabado en Felino Studio, al norte de la Región del Maule, en Flor el cuarteto repite la fórmula de grabar las canciones tocando todos al mismo tiempo, fuerte y claro, sin más ciencia que unos cuantos cables y amplificadores a todo volumen. Fue producido por el ingeniero Mitchel Quezada. Ocho canciones dan cuerpo a una propuesta auténtica y una representación cruda de la música interpretada a través de guitarras, pianolas y el oficio de tocar, y tocar fuerte.
“La imperfección nos forma, no hay mentiras, solo nosotros”. Ignacio Sharkey asegura que para la confección de las canciones el diseño sonoro no solo recae en su construcción melódica, sino que es una especie de juego y libertad al momento de crear: “todo esto nos avergüenza un poco, es tan honesto que cuesta mostrarse así de vulnerable… tus ideas, tus pensamientos, tus letras, tus canciones, tu música. ¡Es cómo salir a la calle desnudo y pretender que todo es normal y no!”, afirma.
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