“Hacer que Dios exista” en Teatro del Puente: obra sobre un módulo sobre seguridad que toma un camino peligroso
La obra del Colectivo de Yerro
se centra en un guardia de seguridad que realiza un módulo de seguridad
preventiva, sin embargo, cuando percibe resistencia frente a las prácticas en
torno a la seguridad, comienzan a aparecer lados misteriosos y violentos.
“Hacer que Dios exista - Módulo
de seguridad preventiva comenzó como una idea en un taller de dramaturgia
en Espacio Checoeslovaquia el 2016. Me obsesioné con los guardias, quizás por
algunas noticias de arrestos de amigos. Investigué, entrevisté a gente. Comencé
a leer sobre el tema así que creo que por ahí comenzó todo”, cuenta Tomás
Bastidas, autor de la obra.
“Hoy, con la distancia y el
trabajo de montaje que hemos hecho con Ignacio (el actor de la obra), podríamos
decir que la obra nació por su violencia discursiva, derivada de un submundo
que de alguna manera compone una identidad peligrosa y también absurda. Creo
puede ser esa la pulsión originaria, la encarnación de la violencia y lo
absurdo en un solo oficio, en un solo cuerpo, desde donde mirar el mundo”, detalla
el autor.
Hacer que Dios exista - Módulo
de seguridad preventiva cuenta con un humor negro que juega a provocar
y desestabilizar los límites morales. Este es el segundo proyecto del Colectivo
de Yerro que nace en el 2017 como un espacio para la investigación y
creación de experiencias escénicas no convencionales. A partir de la
interacción con el público, centra su trabajo en desarrollar situaciones,
dispositivos y lenguajes que conciban la escena como una instancia de
reconocimiento del comportamiento humano.
Función: 22 de diciembre, jueves a las 20:00 horas
Aporte
voluntario, inscripciones en el siguiente formulario: https://forms.gle/FaQy9bYwfW4MRyKm8
Reseña
Un
guardia de seguridad realiza un módulo de “seguridad preventiva” en el que los
asistentes aprenderán técnicas que les permitirán sobrevivir a los peligros del
paisaje nacional. Cuando percibe la resistencia de estos frente a sus
prácticas, el módulo de seguridad toma otro camino. La obra se presenta como
una sátira descarnada del miedo y la violencia, de la desconfianza e
incertidumbre. Como el despliegue de un inhóspito y brutal paisaje común.
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